En nuestra familia de Uruguay, cuando alguien es reconocido por el Gran Espíritu, y ratificado por todo el Consejo, como Hombre o Mujer Medicina, lo que se consagra frente al Abuelo Fuego es que la vida de esta persona se purificó y se transformó en Pura Medicina. La familia considera que los Hombres y Mujeres Medicina, vayan donde vayan, mantendrán el compromiso de ser Buena Medicina para todas sus relaciones. Esto no quiere decir que siempre lo logremos, porque sería renegar de nuestra fragilidad humana.
Desde este entendimiento es que se reconoce a estos hermanos como líderes, simplemente porque ya caminan el sendero del servicio, han saciado sus carencias y han integrando el resto de su camino de sanación personal por medio del servicio a la familia planetaria. ¡Repito que esto no significa que siempre lo logremos!
A nivel personal, cuando asumí este compromiso, el único liderazgo que me comprometí a sostener es el de recordarle a cada uno de mis hermanos que son los líderes de su propia existencia, que terminó el tiempo de seguir a otros… Que es tiempo de que cada uno retome su intimidad con el Gran Espíritu, transmute sus heridas y recobre la confianza en la guía que recibe a través de su corazón.
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